El 25 de octubre a la mañana llamó a la Policía de la Ciudad porque en la fachada de su casa habían sacado el medidor de gas y cambiado la cerradura. Llegaron a las 17:30, cuando el denunciante ya se había percatado que la autora de ambos cambios había sido su hermana. Al explicarle a los policías la situación, ellos respondieron de muy mala manera diciendo que no podía llamar a la policia por boludeces y que estaba malgastando recursos del estado. “Me trataron como si no valiese nada, como si no fuese humano”. Eran cinco policías. Uno de ellos lo llevó a la esquina y lo empezó a prepotear. Se acercaba hasta ponerse cara a cara para decirle las cosas de manera irrespetuosa e intimidatoria. Quedó todo filmado por la cámara de seguridad ubicada en ese lugar.